Pequeña ciudad muy cerca de la frontera de Kirguistán, Rishtan es un sitio que vale la pena por su renombrada cerámica.
Por supuesto, te aconsejo ir.
La cerámica es muy bonita, con colores azul y verde predominantes. En las inmediaciones de la ciudad hay muchas fábricas. No dudes en pedir una visita a alguna de ellas. Es el momento de hacer compras, porque en Bukhara o Samakanda las cosas cuestan el triple.
No hay transporte colectivo ni directo, así que deberás pedir indicaciones e informarte sobre los sistemas de transporte disponibles. Mi viaje fue así: salida en autobús desde Fergana a Margilan y de allí, a Marchroutka vía Rishtan, pasando por el bazar Kumtepa (que también recomiendo, si tienes tiempo)
Además de la cerámica, esta visita te ayudará a adentrarte un poco en Uzbekistán, en el corazón de las tradiciones del país y de la población local.