La ciudad en sí no me encantó, precisamente. No hay nada interesante que hacer, aparte de tomar el sol en la playa. Creo que la playa es el único interés de Quy Nhon. Es preciosa, la pena es que no está muy limpia. A partir de las 18.00 se anima con la llegada de la población vietnamita. Volley playa, baños, footing, castillos de arena con los niños... El ambiente es familiar. No me costó nada mezclarme en sus actividades. Por toda la playa, podrás probar zumos de frutas y de caña de azúcar en los pequeños bares improvisados.
Aparte de eso, la ciudad no vale demasiado la pena. Fui a ver las torres Cham, pero fue una visita sin demasiada transcendencia.
Los nuevos ricos vietnamitas y los turistas vienen aquí a pasar una semana bebiendo cócteles en las terrazas panorámicas de los hoteles. En cuanto a los restaurantes, podrás comer lo que quieras.
Yo pude recorrer los alrededores de Quy Nhon en coche. Los paisajes son sorprendentes y te harán olvidar el hormigón de los hoteles al borde de la playa. Si tienes la oportunidad, hazlo también. Verás que las playas estarán desiertas y que sus habitantes son aún más amables.