En mi opinión, el centro de Siem Reap no representa a Camboya. La calle Pub Street está llena de turistas y de bares, y es un lugar ideal para salir, después de una jornada visitando los templos. Pero muy pocas personas se atreven a aventurarse por los alrededores, en las calles menos iluminadas. Sin embargo, ¡hay un montón de cosas que hacer!
Entre mis actividades favoritas, me encantaba pasar una noche "a lo camboyano" : pide un tuk tuk para ir a Khmer Pub Street y ¡no te decepcionará! Estuve toda la noche en un bar-restaurante, cantando, comiendo arroz frito y bebiendo la cerveza Angkor. Todos los camboyanos pasan el fin de semana en los famosos "jardines de cerveza".
Durante el día, cogí una bicicleta para desplazarme hasta el pueblo de Phnom Krom, situado a 10 kilómetros al sur de Siem Reap. Por el camino, habia campos y una granja de loto. En Phnom Krom, hay una montaña con un templo pre-angkoriano en la cima. Pero me detuve especialmente en este lugar fuera de las rutas establecidas porque tiene una vista de 360º de los arrozales: ¡es el lugar ideal para ver un amanecer inolvidable!
En la ciudad, me gustó visitar el Museo Nacional, el centro de artesanos de Angkor y hacer compras en varias tiendas donde los artículos son 100% camboyanos.
A solo 12 km de Angkor, Siem Reap sirve como base de operaciones para los visitantes de los templos. La localidad no me sedujo porque la encontré muy alterada por el turismo. No obstante, si te alejas del centro y de la turística Queenstreet, puedes perderte por pequeñas calles mucho más auténticas.
Aunque la ciudad en sí no tiene nada de especial, no te pierdas los alrededores de Siem Reap, imprescindibles durante una estancia en Camboya. Me fascinó la belleza y grandeza de Angkor, catalogado como Patrimonio Mundial de la UNESCO. Para explorar los templos, dedica un mínimo de 3 días. Me encantaron Bayon y sus torres enfrentadas, y Ta Prohm, un templo invadido por queseras gigantescas.
También, te recomiendo ir de excursión al lago Tonle Sap, la mayor reserva de agua dulce del sudeste asiático. Visité el pueblo construido sobre pilotes de Kampong Pleuk, una bella excursión para realizar al final del día y poder disfrutar de los colores de la puesta del sol.
Hace ya varios años que visité Siem Reap, así que no hay duda de que la ciudad tiene otro aspecto en la actualidad. No obstante, recuerdo que era un lugar muy agradable.
Hoy en día, la ciudad está mucho más frecuentada, pero Siem Reap sigue siendo un lugar para ver y pasar buenos momentos después de visitar los templos. Esta localidad es, de todos modos, un paso obligatorio para casi todos los viajeros que se dirigen a Camboya: Siem Reap es la puerta de entrada a los templos de Angkor.
En Siem Reap, puedes encontrar un alojamiento para visitar los templos y todas las excursiones se organizan desde allí. También, hay un mercado que merece una pequeña parada. Aparte de eso y de los alojamientos y restaurantes, Siem Reap no ofrece ningún otro interés particular.