Con un aire limpio y puro y un clima muy suave, la «ciudad de la primavera eterna» está considerada una de las más agradables de toda China.
Kunming se encuentra a orillas del lago Dian, rodeada de montañas, y esconde tesoros increíbles. Perdérselos sería una verdadera lástima. Antes de seguir ruta hacia Yunnan, date una vuelta por el mercado de las flores y los pájaros, pasea por los parques del lago Esmeralda y del lago Daguanlou, visita los templos que hay fuera de los límites de la ciudad...
Aunque siempre está hasta la bola, tampoco te puedes perder el Bosque de Piedra, una formación natural muy pintoresca. Es un bosque de rocas con formas sorprendentes que ha alimentado durante siglos las leyendas y supersticiones chinas.
Cuando llegué de Beijing, decidí ir a recuperarme caminando por los senderos pedregosos de este bosque de piedra y revisar mis pequeñas nociones de geología. Los geólogos dicen que el bosque de piedra es un ejemplo típico de la topografía kárstica.
Encontré el sol, los cerezos en flor y el calor. Se dice de Kunming que es la ciudad de la primavera eterna. En todo caso, doy fe de ello.
El sitio estaba, una vez más, invadido por turistas chinos, pero saliendo de los senderos principales me encontré casi solo durante tres horas, disfrutando de un hermoso lugar, un poco inesperado, un tanto laberíntico. Caminé, subí a los bloques pétreos, me aventuré en los caminos poco frecuentados, me tomé el tiempo para dibujar... Para finalmente perder el último autobús que me anunciaron iba lleno. Me veía ya haciendo dedo para ir a Kunming, pero un chico del lugar, en su pequeña carreta, me transportó hasta lo que parecía otra estación de autobuses.
Parecía que sabía a dónde me llevaba, yo había decidido confiar en él, y funcionó porque a las 21 h encontraba el albergue de la juventud. En resumen, por lo menos una vez durante tu viaje por China, ¡déjate sorprender...!