Fue durante el descubrimiento de la Puglia (o Apulia), durante mi viaje por Italia, que visité Alberobello.
Esta aldea tiene la particularidad de poseer algunos "trullis" (trullos). Dos barrios han sido completamente renovados para mayor placer de nuestros ojos. Son casas redondas, hechas con piedras secas, de tejados puntiagudos, generalmente decoradas con dibujos hechos a mano. Encontramos la cruz, el omega o el tridente, que son símbolos antiguos, místicos y religiosos. Esta forma cónica data del siglo XVII. Algunas de estas construcciones son muy antiguas.
Deambulando entre estas casas, no pude evitar imaginar cómo vivían las gentes de antes. Aprendí que construían sin mortero para poder desmontar fácilmente su casa y no pagar impuestos.
Por supuesto muchos de estos trullos han sido convertidos hoy día en tiendas de recuerdos o productos artesanales así que rápidamente regresé de mi paseo por el pasado.
Sin embargo, es verdaderamente un ejemplo de construcciones antiguas que se han sabido conservar y es un verdadero placer descubrirlas.
Alberobello acoge alrededor de 1.500 casas de piedra ("trullis" o trullos) cuya característica es que han sido construidas siguiendo un procedimiento heredado de la prehistoria, sin mortero. Dos barrios de Alberobello están inscritos en el patrimonio mundial de la UNESCO, porque es un lugar único en Italia e incluso en el mundo.
Viven ahora principalmente del turismo, por lo que encontrará allí todas las infraestructuras necesarias para disfrutar de los lugares. Uno de los barrios ha visto todos los trullos transformados en tiendas de recuerdos, pero el otro escapa aun a las consecuencias del turismo de masas.
Me gustó mucho pasearme por las callejas y descubrir la iglesia e incluso el único trullo que posee dos pisos, el trullo "sovrano" (el trullo soberano).
Un solo inconveniente, quizás una consecuencia del turismo de masas, la aldea parece casi falsa y los trenes de japoneses que pasan por las calles rompen la autenticidad del lugar. Pero es tan hermoso que casi lo podemos olvidar. ¡Imprescindible durante un viaje por Italia!