Oí hablar de la abadía de San Galgano durante mi estancia en Siena. Se trata de un lugar célebre, que los habitantes han visto convertirse en sala de conciertos y plató de películas: entre ellas El Paciente inglés.
Pude comprobar que la abadía de San Galgano es verdaderamente un lugar insólito. No esperes encontrar un edificio perfectamente conservado: de la abadía no quedan más que los altos muros, sin techo ni vigas, y algunos trozos de frescos en mal estado. Una iglesia a cielo abierto que ahora representa un hogar para pájaros y gatitos venidos de los alrededores, dueños y señores del lugar. Sin embargo, durante el siglo XIII, fecha en que se construyó, San Galgano estaba considerada como uno de los monumentos góticos más hermosos de su tiempo.
Sobre la ladera de una colina que sobrevuela la abadía, te espera una capilla con forma de colmena (Capella di Monte Siepi), cuya visita recomiendo. En ella vivió retirado Galgano Guidotti, un caballero que hoy día se conoce mayormente como San Galgano, santo local.