Manglares, dunas, baobabs y aloes son sólo algunas maravillas naturales para el caminante que descubre la isla por el "barrio sin fin" (quartier sans fin), punto de llegada y de salida de los taxi-brousse desde Antananarivo.
Las largas avenidas de Toliara están bordeadas por framboyanes y tamarindos ¡El ambiente es sociable y festivo! Desde el mercado central hasta el puerto de Mahavatse de donde salen las piraguas, a los habitantes de Toliara les gusta perderse por sus calles al ritmo de la música Tsapiky.
Al norte de la ciudad, se puede dar una vuelta por Sakama, un mercado de productos agrícolas y ganaderos producidos por los propios vendedores. O pisar la arena de la playa de Batterie, punto de salida y llegada de muchos pescadores. También hay que descubrir un intimista mercado de marisco, o el museo de artes tradicionales de Mahafali, que evoca las constumbres del gran sur.