En profundidades de entre 7 y 20 metros, una simple máscara y un tubo de buceo te permitirán admirar los corales multicolores y las estrellas de mar de diferentes tamaños. También tendrás la oportunidad de cruzarte con rayas, tortugas marinas (la isla es su lugar de puesta de huevos), numerosos peces tropicales e incluso tiburones comedores de cangrejos.
Aquellos que prefieran pasear, podrán visitar la playa de arena blanca de Nosy Tany Kely y caminar hasta un gran peñasco en el que suelen anidar los faetones. El punto culminante de la isla es un faro de principios del siglo XX que ofrece unas vistas espectaculares del océano y de Nosy Be.
Muchas colonias de murciélagos frugívoros han elegido la isla de Petite Terre como su lugar de hábitat. Además, si tienes suerte, puede que veas un pigargo (o ankoay), una especie endémica en vías de extinción.