Aunque Agdz no sea una joya del turismo de Marruecos, su situación geográfica es, sin embargo, ideal. Está a mitad de camino Uarzazate y Zagora, a los pies del djebel Saghro, situada en el valle del Dadès y el valle del Draa.
Si tuviera que contarte los detalles turísticos clásicos, te diría que en Agdz hay un bonito zoco, un mercado diario bastante interesante y la antigua alcazaba del caíd Ali. Nada que requiera una larga estancia. Y cuando menos lo esperamos, sucede la magia del viaje. Viví en Agdz mi mejor experiencia culinaria. No te voy a hacer salivar más y te la cuento.
Un viernes paré en Agdz para comer. Escogí al azar una pequeña venta y pedí keftas. ¡Una explosión de sabores! Nunca había comido nada tan bueno y con tanto sabor. Mejor que los raviolis de mi padre o la blanqueta de mi suegra. Por esta confesión, mi familia me ha desheredado y negado. Para que este sacrificio no sea en vano, hazme el favor si tienes ocasión de parar en Agdz y comer allí.