El kitesurf
La mayoría de los viajeros que se acercan hoy en día hasta Dakhla lo hacen atraídos por su reputación de magnífico spot de kitesurf. Gracias a su situación geográfica, la calidad de sus calas, la fuerza de su viento, que sopla casi siempre en la dirección correcta, los navegantes de todo el mundo frecuentan este spot que se ha convertido en mítico.
Si durante un viaje a Marruecos deseas descubrir una zona especial de Marruecos al mismo tiempo que practicas un deporte que te proporcionará sensaciones fuertes y no te dejará indiferente, ¡estás en el lugar correcto!
Los habitantes de la localidad cada vez practican más este deporte y algunos son muy buenos. Por lo que también enseñan kitesurf a precios realmente bajos, una oportunidad para realizar un curso de iniciación o de perfeccionamiento in situ. En cualquier caso, pueden, en función de tu nivel, proporcionarte el material necesario para navegar, si no dispones del tuyo.
Un pueblo familiar
Este especial tipo de turismo y la proximidad de la mítica ruta de los viajeros que descienden a África Occidental por tierra confieren a Dakhla un ambiente especial. El turismo de masas de Agadir o incluso de Marrakech queda bastante lejos. Para ir a Dakhla, hay que haberlo decidido.
Efectivamente, incluso si hoy en día una conexión aérea conecta esta pequeña población del Gran Sur con el norte del país, la mayoría de lo viajeros llegan a ella por la carretera que conduce a Dakhla. Por lo que se les ve llegar desde lejos, a menudo en un camión acondicionado, una caravana o un camping-car, con el material de kitesurf o de surf en la parte trasera, y con una gran sonrisa.
Se han improvisado numerosos lugares para acoger a estos viajeros nómadas in situ, en la playa o en cualquier lugar. El ambiente es, por tanto, muy familiar y amigable, muchos padres jóvenes con niños o pensionistas en la ruta de África.
Entre desierto y océano.
La situación de Dakhla es única e inolvidable en un viaje a Marruecos. Situada en pleno centro de la controvertida y polémica región del Sahara Occidental, es una ciudad aparte y muy diferente del resto del país.
Entre desierto y oceano, sacudida por los fuertes vientos del Atlántico o incluso por el soplo brumoso y picante del Harmattan de las dunas de arena, en ocasiones parece no tener nada que hacer allí, salvo ser un oasis o más bien un espejismo del desierto.
Sin embargo posee un encanto especial para aquel que acepta alejarse de los recorridos típicos y las zonas turísticas para descubrirla. Si quieres alejarte de la comunidad de deportistas o, simplemente, descubrir la ciudad, no dudes en perderte en sus callejuelas a la búsqueda de las diferentes etnias que habitan sus casas.
