Por su proximidad con Europa, Marruecos es la puerta de entrada de Occidente al mundo árabe. Aunque Marrakech y Tanger empiezan a padecer los efectos del turismo de masas; si te alejas un poco, encontrarás lugares que conservan toda su autenticidad. Eso es lo que ocurre en Oasis Fint, que para los beréberes significa "escondido", este sabio pueblo no pudo escoger mejor el nombre.
Desde la ciudad de Uarzazat, podrás organizar sin ningún problema una excursión a Oasis Fint. Lo más interesantes es que hay cuatro ciudades en los alrededores: Wangarf, Taherbilte, Timoula y Belghizi que siguen viviendo como en el pasado. Tuve la oportunidad de hablar con algunos habitantes y vi cómo la modernidad no ha modificado tanto su modo de vida, prefieren vivir a otro ritmo y según sus antiguas costumbres.
En conclusión, Oasis Fint, es un bello jardín verde y lleno de vida en medio de un paisaje árido y desértico. Una visita obligatoria para ver cómo la naturaleza puede ser estéril y generosa al mismo tiempo, y de manera sorprendente.