Para llegar al puerto, tienes que tomar la carretera de Tizi n’Test, salpicada de pinos de Alepo y de cipreses. Pero esta carretera, también es conocida por ser un camino sinuoso y vertiginoso, con grandes curvas. Antes de llegar al puerto, tuve 100 veces migrañas y 100 veces la impresión de estar al borde del precipicio. ¡Personas frágiles, abstenerse!
Antes de llegar al puerto de Tizi n’Test, te aconsejo que le dediques unas horas a visitar el Tin Mal, a unos veinte kilómetros. Es una plaza fuerte, cuna de la dinastía de los Almohades que reinó en Marruecos del siglo XII al siglo XIII. El Tin Mal es considerado hoy en día como un lugar santo para los Almohades. Verás vestigios de murallas y sobre todo una importante mezquita pegada a la ladera de la montaña.
Una vez que llegas al puerto de Tizi n’Test, podrás admirar, con total tranquilidad, un panorama digno de una película de aventura: tuve la impresión de acariciar con las manos las altas cumbres del Atlas y del valle de Sous.