Es realmente increíble y placentero llegar al territorio kazajo. Sus habitantes comparten todas las cualidades del pueblo mongol: respetuosos, acogedores, sonrientes y con un gran corazón; no obstante, tienen una cultura propia. Las tradiciones, los rostros y la ropa tienen una gran similitud con los de Kazajistán, que se encuentra muy cerca.
No puedes visitar Mongolia sin conocer de primera mano a sus habitantes. Me encantó mezclarme con la población kazaja, visitar el mercado de Ölgiy y el museo dedicado a la cultura kazaja y ver los paisajes de la región.
Te recomiendo que vayas al suroeste y visites el parque nacional de Altaï Tavan Bogd, un macizo sensacional que, además, alberga el punto más alto de Mongolia (pico Khuiten, 4374 m), numerosos glaciares y impresionantes cumbres. Desde allí se pueden realizar numerosas marchas a pie, a caballo, en bicicleta o en todoterreno.