Pequeño pueblecito ubicado cerca de la frontera con la India, Lumbini se considera como el lugar del nacimiento de Buda. Su Jardín Sagrado fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1997.
Aconsejo:
No te desanimes por el escaso encanto del pueblo: ve directo al Jardín. Y sobre todo, en caso de peregrinación, como sucede frecuentemente, reserva una habitación lo antes posible.
Mi opinión
Llegó el día de la gran peregrinación, en Lumbini pudimos experimentar un día de fervor religioso, rodeados de monjes budistas venidos de toda Asia. "Aquí nació Buda": los nepaleses no alzan sus plegarias para contar la vida de Siddharta Gutuma, que comienza bajo un árbol, en la orilla del estanque. Donde ahora se levanta un templo dedicado a Maya Devi, su madre, también considerada como la diosa madre hindú: una interconexión religiosa fascinante de estas dos religiones, que explica la presencia de indios y nepaleses con la frente marcada con un "tikka".
A pesar de que la ciudad de Lumbini Bazaar parece ser tan sólo una parada para el autobús que termina tu recorrido por Nepal y te lleva hacia la India, el sitio de Lumbini bien vale un alto en el camino. Milagroso sobreviviente del terremoto que afectó a una gran parte del patrimonio cultural y religioso del país el 25 de abril y el 12 de mayo de 2015, el Jardín Sagrado combina la presencia de restos arqueológicos el siglo III a.C. (la columna de Asoka) y de templos budistas recientes, mezclando las diferentes influencias arquitectónicas.
Es el lugar ideal para darse un paseo zen a bordo del estanque al que rodean los templos, y tener la oportunidad perfecta para contemplar, ver y compartir los ritos religiosos tan apreciados por los nepaleses.
