He llegado a Namo Buddha saliendo de Dhulikhel y he tardado 5 horas. El camino no está indicado, y tuve que pararme muchas veces para preguntar direcciones. El paseo es muy agradable
Sin embargo, aunque esperaba encontrar un lugar lleno de espiritualidad, perdido entre las montañas, me quedé muy decepcionado. El monasterio ocupa una gran superficie y en él vive una buena cantidad de monjes, pero la verdad es que no vi nada realmente interesante. No pude conversar con nadie ni visitar ninguna sala. De todas formas, las casas situadas en la ladera de la colina son regias e impresionantes El único elemento interesante es la estupa, no tan imponente como la de Bodanath.
Debajo de la estupa me sorprendió desagradablemente la presencia de tiendas de recuerdos.
El descenso por el bosque me gustó mucho, pues conduce a estupas más sencillas y restaurantes más pequeños. El ambiente es bastante turístico si bien contnúa siendo encantador y tranquilo. Pasé un buen rato en este pueblecito, con algo tan común en mi viaje por Nepal, como es tomar un té con los nepaleses que me trajeron al pueblo.