Las ruinas de Polonnaruwa se reparten entre varios sitios. Entre los más conocidos, puedo citar el Cuadrilátero y Gal Vihara. Tras llegar en autobús, un grupo de tuk-tuk ya estará esperando para darte la bienvenida. A mí me parece muy práctico para visitar el sitio con calma, incluso si viajas en familia.
La mayoría de los edificios cumplían una función religiosa, pero no todos. De hecho, la primera visita del día fue una sala del consejo real cercana al palacio. El sitio del Cuadrilátero, un poco más lejos, es un conjunto de templos sobre una meseta elevada. Me pareció interesante encontrar en un mismo lugar estilos arquitectónicos completamente diferentes. Por ejemplo, un templo parecía de estilo jemer mientras que otro de planta circular era, por así decirlo, único. La otra particularidad del lugar es un templo que todavía conserva su techo de piedra, ¡a pesar de sus 1000 años de antigüedad!
Entre los otros sitios, yo destacaría la gran estupa de Rankoth Vehera y el impresionante templo de Lankatilaka con sus gruesos muros de 17 m de alto. Sin embargo, me decepcionó la visita al sitio de Gal Vihara, esas figuras de Buda talladas en una pared rocosa. El sitio, sin duda para protegerlo de la intemperie, está cubierto por un alto techo de chapa que desvirtúa enormemente el encanto del lugar. Al menos, nos quedan los monos para entretenernos...
Sin embargo, ten cuidado: el calor puede ser excesivo en Polonnaruwa y hacernos incómoda la visita.
El Triángulo Cultural es de visita obligada en cualquier viaje a Sri Lanka. Clasificada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, Polonnaruwa tiene varios kilómetros de largo.
Podrás alquilar los servicios de un tuk tuk, pero la bici te ofrecerá más libertad. Es un auténtico placer ir de templo en templo con el cabello al viento. Según tu ritmo, calcula unas 8 horas de visitas en un solo día o en dos medios días.
De la estatua del rey Parakrama Bahu hasta la terraza de la reliquia del Diente, pasando por el Poth Gul Vihara, el templo de Shiva y muchas más cosas, tendrás con qué saciar tu sed de visitas curiosas. También tendrás que apagar tu sed por el calor asfixiante que hace. No dudes en hacer pausas en los puestecitos instalados al borde de las carreteras.