Llegué a los Jardines Reales un tanto enojado por haber tenido que pagar diez veces más que los esrilanqueses para poder entrar. Peradeniya no es una excepción: a la entrada de todos los lugares que visité durante mi viaje por Sri Lanka, siempre encontraba dos precios: uno para los lugareños y otro para los extranjeros. Es así.
Me llamaron la atención de inmediato los árboles gigantescos; sobre todo, la avenida de palmeras reales que atraviesa todo el parque. Me quedé un buen rato en la pequeña cafetería central, contemplando la impresionante higuera de Java que domina el centro del parque. Ella sola ocupa una superficie de 2500 metros cuadrados. Uno de los invernaderos del parque alberga una magnífica colección de orquídeas que no puedes perderte. Tuve la oportunidad de asistir a la sesión de fotos de dos recién casados vestidos con trajes tradicionales.
Cerca de la salida, no pude dejar de visitar una pequeña tienda que vende una gran variedad de semillas a precios bastante más baratos que los centros de jardinería.