Nanu Oya parece una postal. Es la impresión que me da este pequeño pueblo de montaña de Sri Lanka. Unos magníficos miradores, pequeñas cabañas de recolectores aferradas a la montaña y una sensación de tranquilidad.
Aconsejo:
Saca tiempo para dar un paseo por los alrededores de la ciudad, para recorrer las plantaciones de té y ver a los recolectores en pleno trabajo.
Mi opinión
Disfruté mucho de mi paseo por Nanu Oya, aunque solo fuera para contemplar el paisaje. Intercambiar miradas, sonrisas, algo sencillo. Por lo general, la gente solo pasa en Nanu Oya el tiempo justo para tomar un autobús o un taxi con rumbo a Nuwara Eliya. Aquí, los lugareños no esperan necesariamente a los turistas, lo que da a la ciudad un aire de autenticidad.
Nanu Oya es un destino fuera de lo común que cuenta con muchas ventajas: las plantaciones de té están a dos pasos, se tarda menos de veinte minutos en llegar a Nuwara Eliya, y el parque nacional de Horton Plains está a unos diez kilómetros.
A partir de Nanu Oya, el trayecto en tren a través de las montañas se vuelve espectacular. Recuerdo ir con la cabeza pegada a la ventanilla, maravillándome a cada paso del camino mientras trataba desesperadamente de tomar algunas fotos a través de la niebla. Para mí, Nanu Oya es el punto de partida de un viaje en tren que no olvidaré jamás.
