La llegada en coche por los pasos de Bainkloof y Michells es increíble, los paisajes tras los puertos de montaña son de verdad espectaculares, entre desierto y región vinícola. Ceres es una localidad imprevistamente ubicada en un valle, con terrenos frutales, buenos vinos locales... como un "rincón de Suiza" muy verde. No es imprescindible que hagáis parada aquí, pero para conocer este tranquilo pueblo de vida apacible será necesario que os salgáis fuera de las rutas habituales.
En verano hace mucho fresco y en invierno está todo nevado. Me arrepentí de no haberme quedado allí almenos una noche, porque la verdad es que tiene unos paisajes fabulosos entre los viñedos, los frutales y las montañas. En las tiendas locales podréis comprar zumos de frutas caseros, frutas desecadas, vinos locales, queso... ¡todos los ingredientes para un picnic perfecto!