La ciudad en sí no tiene nada extraordinario, crece alrededor de una arteria principal a lo largo de la que se encuentran un gran número de tiendas, restaurantes y bares. No muy lejos de la estación de autobuses, se encuentra la plaza central en la que tiene lugar el Night Bazaar, en el que puedes probar deliciosos rotis (una especie de creps), brochetas, fondues tailandesas y también langostas crujientes... Solo tienes que elegir.
Si te gustan los viajes insólitos, una visita que según mi opinión es imprescindible si vas a Chiang Rai es el descubrimiento del Wat Rong Khun el "Templo Blanco" situado a 13 kilómetros al sur de la ciudad. Creado por un artista tailandés que quería rendir homenaje al rey, este edificio religioso que no se parece a ningún otro se considera que representa el paraíso budista. No sé si se parece o no, pero te puedo asegurar que este templo fuera de lo común ¡no te dejará indiferente!
Tras haber descansado varios días en Chiang Mai, que es una ciudad muy agradable, Chiang Rai era la siguiente etapa. El plan era hacer una ruta de senderismo por la montaña de 2 días de duración, pasando la noche en un poblado tradicional.
El guía vino a buscarnos por la mañana a Chiang Rai y, tras un breve trayecto en coche, nos bajamos al comienzo de un camino estrecho. Cuando estábamos caminando por mitad del bosque, comenzó a llover y continuamos nuestra marcha durante cuatro horas más bajo la lluvia hasta llegar al poblado. ¡Por suerte, en este clima la lluvia es cálida! Aquella ruta fue una bonita experiencia a nivel humano, pudimos conocer con mayor profundidad a los habitantes locales al compartir con ellos una noche en su poblado.
También hay varios templos preciosos, como en el resto de Tailandia. El más impresionante de este lugar es sin duda alguna el templo blanco de Wat Rong Khun.