Desde Ayutthaya, fui en tren hasta la región menos turística de Isan, donde tenía previsto pasar algunos días. Mi primera parada fue en Korat, ciudad también conocida como Nakhon Ratchasima.
No hay mucho que decir de la ciudad en sí, porque no hay gran cosa que ver. Aun así, visité el Wat Pra Narai, su pequeño islote, antes de salir de la ciudad para descubrir los campos que la rodean. Aquí viven muchos tailandeses, lo cual hace que sea una ciudad importante para la región, pero eso es todo.
En las calles, muchos tailandeses me paraban para hacer comentarios sobre mi piel blanca. Allí no abundan los turistas y enseguida llamé la atención.
Desde Korat, fui en dirección a Surin, a pocos kilómetros de allí, para visar la ecoaldea de tejedores de seda, donde pude ver el trabajo artesanal de hilar y teñir la seda.
También visité un centro de domesticación de elefantes, que presentaba las técnicas para preparar a los elefantes y ocuparse de ellos. Tengo sentimientos encontrados con esta experiencia, aunque el lugar parecía agradable y se trataba bien a los elefantes. Me pude incluso meter con ellos en el río durante su baño diario. La verdad es que hay mucho que hacer en la región, y eso sin contar con los numerosos templos de arquitectura jemer.