Siempre he pensado que tuve suerte de toparme con Phayao por casualidad. En esta ciudad encontré todo lo que buscaba: grandes dosis de tranquilidad y también muchas opciones para entretenerme.
A las orillas del lago, las puestas de sol son impresionantes, sobre todo si las contemplas desde una de las calles principales como Chai Kwan Road, tomándote una Chang (cerveza típica tailandesa) bien fresca. Además, la ciudad tiene un importante patrimonio histórico y muchos templos, así como jardincitos y parques con unos detalles esculpidos increíbles. Como conclusión, es un buen lugar para cargar pilas después de largos días de viaje por Tailandia.
Si tienes tiempo, visita el templo Wat Analayo. Es precioso, con unas esculturas de piedra impresionantes.