Se suele decir que el norte de Tailandia refleja las verdaderas costumbres del país, sin la occidentalización de otras zonas, que reciben grandes oleadas de turistas cada año. Huay Kub Kab es una prueba de ello, un lugar muy particular y variopinto. Ya a primera vista sorprende por su ubicación en lo alto de una montaña, a más de mil metros de altitud. Yo conocí esta pequeña comunidad a raíz de un proyecto educativo para los refugiados chinos.
En Huay Kub Kab descubrí la auténtica belleza de la jungla tailandesa. El punto álgido es cuando llegas a las cascadas del mismo nombre después de hacer senderismo con los sonidos de los animales como banda sonora. Es un ejemplo más de lo mucho que Tailandia tiene para ofrecer, desde las playas de Koh Lanta hasta la jungla de Chiang Mai.