Erawan es uno de los parques nacionales más visitados de Tailandia. Concretamente, su "cascada de siete niveles" me ha dado la impresión de estar sumergida en un cuento de hadas.
Siguiendo los consejos de un amigo, fue la víspera por la tarde a una guesthouse situada cerca para poder ir por la mañana temprano a explorar el parque y evitar la afluencia.
El ascenso hasta el último nivel dura unas dos horas. Qué felicidad la vista de estas piscinas naturales de aguas de un verde azulado penetrante... ¡Al bañarme los pececitos de colores me regalaron una pedicura al venir a picotear mis pies!
La naturaleza, tanto vegetal como animal, es exuberante. Las aguas fluyendo por las rocas, los ballets de monos, las cantos de los pájaros, los árboles con formas mágicas, te sumergen en otro universo.
El Parque Nacional de Erawan es un pequeño paraíso situado en el corazón de la provincia de Kanchanaburi, al oeste de Bangkok. Suele haber mucha gente los fines de semana, sobre todo en los primeros niveles; el sitio está compuesto de una serie de 7 cascadas divididas en 7 niveles (una ruta de 2,2 kilómetros en total). Es una escapada ideal para los que viajan en familia: el agua es de color esmeralda y está limpísima, y, en cada nivel, llena unas estupendas piscinas naturales.
Fui con amigos y, aunque llovió durante un rato, haciendo el terreno fangoso y deslizante, pasé un rato muy bueno. Si conoces el « fish spa » que consiste en poner los pies a remojo mientras unos pececitos se comen las pieles muertas, que sepas que en Erawan es posible, y gratis. Bueno, casi. Al tratarse de un Parque Nacional hay que pagar una entrada de 200 bahts, pero es una experiencia insuperable en plena naturaleza.