Fue a 150 kilómetros de Exmouth, en pleno desierto, (en el medio de ninguna parte) que nuestro coche nos abandonó cobardemente. Así que regreso a Exmouth, donde nos quedamos diez días.
Difícil de hablar de Exmouth como ciudad puesto que lo que uno retiene por encima de todo son sus playas excepcionales de arena blanca y agua turquesa. Mi elevada puntuación se debe a la proximidad de magníficos parajes naturales. En efecto, quizás lo ignores, pero la costa oeste de Australia posee una barrera de coral también bonita y más accesible que la famosa Gran Barrera de Coral de la costa este, muy dañada en algunas partes. Por mi parte no estoy tranquila en el agua y tengo tendencia a entrar en pánico cuando mis pies no tocan ya el suelo. A 100 m de la orilla, pronto me di cuenta de que el Ningaloo Reef estaba al alcance de todo el mundo. Así que aquí estoy yo, la máscara en la cara y el tubo entre los dientes, lanzándome al descubrimiento de otro mundo, el de los fondos marinos. Según el período de tu estancia en Australia, podrás atisbar delfines, tiburones, ballenas, dugones, tortugas, mantas raya, etc.
El parque nacional de cabo Range es otro punto fuerte, ¡Australia en todo su esplendor! Esta inmensidad, el color de la tierra, entre el rojo y el ocre, los canguros surgiendo de ninguna parte, (atención si estás en el coche). Me encantó este lugar.