Qué pena pensar en lo que Port Macquarie era o habría podido ser, cuando vemos la ciudad bajo un cierto punto ángulo, con su magnífico faro inmaculado, sus casas históricas y sobre todo su costa absolutamente sublime, con su playa de arena blanca y sus olas perfectas.
Es pero incluso cuando se ve en lo que se ha convertido la ciudad, un gran destino turístico con enormes complejos hoteleros, campings sin encanto que acogen en bungalows pegados los unos a los otros a jubilados australianos que vienen en verano o que permanecen todo el año. En fin, una ciudad que ha perdido todo su carácter.
Por lo que, a menos que sea tu tipo de destino, te aconsejo ir un poco más lejos de Port Macquarie durante tu itinerario australiano para encontrar playas tanto o más bella y mucho más salvajes.
La ciudad de Port Macquarie me pareció agradable y sin pretensión. Allí viven algo más de 40.000 almas. La costa es agradable para hacer un pícnic, incluso si, como pude comprobar, no hace calor en octubre. Durante el fin de semana hay mucha gente; no esperes estar solo, sobre todo porque allí están todos los operadores de cruceros y porque los australianos la han convertido en su ciudad de veraneo. Como en la mayoría de las ciudades balneario de Australia, podrás disfrutar de muchas actividades náuticas: kayac, surf, buceo... La especificidad de Port Macquarie es que cuenta con un hospital para koalas pues, alrededor de la ciudad, crecen en su medio natural. (Los koalas sólo se alimentan de un cierto tipo de eucalipto que no se encuentra en todas partes de Australia). En esta guardería, los voluntarios curan a los heridos o a los enfermos que la gente, en general, les han indicado. (La mayoría se encuentran allí después de haber sido atropellados en la carretera). Visitas el hospital detrás de un guía que te conduce a través de los cercados. Te presenta cada koala: nombre, sexo, tipo de enfermedad. Estos animales no son muy activos naturalmente; espera la hora de la comida; entonces los verás un poco más despiertos. Como están enfermos o heridos, no es posible acariciarlos. Si quieres hacerlo, el Billabong Koala Park está fuera de la ciudad. Además del hospital de koalas, ¡también visité, por mi cuenta, el verdadero hospital de Port Macquarie! Como me picó un bicho desconocido, mi muñeca se inflamaba cruelmente. Sé que el hospital es la última cosa que se visita en una ciudad cuando se está de vacaciones, pero, sin lugar a dudas, es bueno saber que fui muy bien recibida y no tuve que esperar demasiado tiempo.
Unos australianos me llevaron a descubrir el skatepark de Port Macquarie: un inmenso terreno de juego, con rampa, un cuenco y piscinas. Tus hijos podrán practicar skate, patinete o bicicleta. Este skatepark, situado al borde del mar en la Town Beach Reserve está al lado del famoso rompeolas. También podrás aprovechar para pasear a lo largo de este parapeto y descubrir las diferentes pinturas y dibujos que hay sobre las rocas.
Para acabar, no muy lejos de Port Macquarie, en un entorno único, me ecantó el pequeño pueblo de Crescent Head: un lugar aislado donde corre un río que desemboca en el mar. Allí la vista es simplemente magnífica. Dedícate al longboard, incluso si eres principiante: las olas son suaves y se extienden perfectamente; el agua es límpida, ¡un verdadero placer! El camping está a orillas del mar. ¡Crescent Head es realmente pintoresco! Recomiendo enormemente este lugar a los amantes del surf.