Curiosamente, esta ciudad me sorprendió en el buen sentido, aunque no es una parada imprescindible. Sin embargo, su reputación es bastante mala. A menudo, se oye hablar de Mackay debido a sus fuertes actividades industriales y mineras, que devastan la Gran Barrera de Coral. La ciudad es conocida como "la capital del azúcar de Australia", ya que produce más de un tercio del azúcar del país.
Es muy de estilo art déco, lo que hace que sea más bonita que la mayoría de las ciudades de Queensland. Entre los edificios que ver, destacaría el ayuntamiento y el del banco Historial Bank, de arquitectura típicamente colonial. Y para un pequeño y agradable paseo, ve a la Marina (con un precioso faro para fotografiar) o al jardín botánico.
El pequeño "secreto" a saber: el Parque Nacional de Eungella, a una hora al oeste de Mackay, es ideal para la observación de los rarísimos ornitorrincos. Por nuestra parte, no tuvimos la paciencia de esperar, pero si te quedas un par de horas observando el río, podrás verlos tras el personal del parque.