Durante mi año de expatriado en Canadá, viaje mucho por el país e incluso pasé dos meses en Vancouver, donde trabajaba.
Guardo un gran recuerdo de la naturaleza, omnipresente en la ciudad: los mapaches de Stanley Park, los paseos en bici o las largas caminatas hasta el acuario (¡muy recomendable si te gustan los peces!).
Sin embargo, la vida allí es bastante cara, así que hace falta tener un presupuesto considerable para aprovechar todas las oportunidades que ofrece Vancouver (salidas, actividades deportivas, museos...).
Ciudad extremadamente cosmopolita, Vancouver se descubre paseando. No dudes en darte una vuelta tranquilamente para detenerte observar los distintos mundos con los que te encontrarás (Chinatown, Pendjab Market...). ¡Eso también forma parte del encanto de Vancouver!