Apodada como "la Isla del piano" -alberga un interesante museo dedicado a este instrumento-, Gulangyu sirvió durante mucho tiempo como residencia para las naciones extranjeras, antes de convertirse en un importante puerto colonial y un destino muy popular para visitantes tanto chinos como extranjeros. Ha conservado una espléndida arquitectura de estilo colonial, a la que se añaden varios museos y bellos parques y jardines, incluyendo un parque ornitológico, perfecto para pasear.
El tráfico de vehículos motorizados y de bicicletas está prohibido en Gulangyu, con la excepción de los vehículos insulares eléctricos, lo que la convierte en una Isla especialmente agradable. Las pintorescas calles del centro están llenas de tiendas para turistas, restaurantes que sirven especialidades del mar y salones de té. El punto más alto de la isla, la Roca del Rayo de sol, ofrece unas vistas impresionantes de Gulangyu y de la cercana Xiamen.