La antigua aldea de Fuli merece una visita por su autenticidad y sus magníficos abanicos de papel pintado. El pueblo, lleno de encanto y color, es de fácil acceso por carretera o remontando el río Li en pequeñas embarcaciones.
Famoso aún hoy en día por la calidad de sus artesanías tradicionales, Fuli es la cuna de la fabricación de los abanicos de papel. Todos los días que terminan en 1, 4 o 7, sus calles empedradas se animan con los mejores mercados de la región, que venden todo tipo de productos locales. Fuli posee también varios templos interesantes y se distingue de otros pueblos de la región por su devoción inquebrantable a la diosa del mar, Santa Mazu. Este culto fue transmitido por los comerciantes venidos de Fujian o de Cantón y ha pasado de generación en generación.