Es la puerta de acceso hacia la famosísima Montaña Amarilla (conocida también como los Montes Huang, los Montes Amarillos o simplemente Huangshan). Se dice que es la montaña más bonita de toda China.
Le debe su nombre a una antigua leyenda que cuenta que un ancestro de los chinos, el Emperador Amarillo (Huang Di), encontró allí el elixir de la inmortalidad. Son paisajes grandiosos formados por pinos centenarios, rocas imponentes, picos graníticos y aguas termales. A menudo se ven envueltos en un manto de bruma y nubes que ha inspirado a multitud de artistas chinos (pintores, poetas, paisajistas, etc.).
Los Montes Huang están catalogados por la Unesco y son una atracción turística importante en el país. Vienen de todas partes amantes de la naturaleza y la fotografía para encaramarse en los picos (escalando, a pie o en teleférico) y contemplar desde allí el «mar de nubes» pasar a través de los montes y su naturaleza salvaje y formidable.