Durante tu visita a Italia, no puedes dejar de descubrir esta isla que encanta los cinco sentidos. ¡El aire del mar, el olor de los pinos, el gusto de la sal, el azul resplandeciente y las vistas deslumbrantes estarán esperándote! La isla es un pequeño paraíso, ¡pequeño no por sus bellezas naturales sino más bien por su tamaño! La isla mide, de hecho, 6 kilómetros de largo y 3 de ancho.
Te aconsejo descubrir la isla de Capri a pie. En efecto, hermosas caminatas (¡cuidado con las subidas!) te permitirán recorrer la isla y sus magníficos panoramas. Rocas diversas de formas variadas y la existencia de diferentes grutas animan de forma maravillosa el paisaje. Capri sabrá robar el corazón de los amantes del senderismo, los enamorados de la fauna y la flora y ¡los veraneantes que buscan descansar! Un solo pensamiento al fin de la estancia, una canción bien conocida: « Capri c'est fini ! »...
La isla de Capri ha estado siempre unida a su reputación de paraíso terrenal; consecuentemente, ha atraído desde hace siglos a gente famosa y poderosa, ya se trate de emperadores romanos, de Napoleón o de una buena parte de la jet-set internacional. En efecto, la isla tiene encantos indudables, como su costa accidentada que se sumerge sobre el azul del Mediterráneo, sus rosales en flor, sus restos de la antigüedad, o sus pequeños pueblos tradicionales, cuyas callejuelas medievales conducen a plazas protegidas por iglesias milenarias.
Es difícil no rendirse a los encantos del lugar, que es considerado de imprescindible visita durante un viaje a Italia. ¿Difícil? Sin embargo, debo admitir que, personalmente, Capri no terminó de seducirme del todo. Puede ser debido a que era verano, o también a que la presencia de miles de turistas parecía restar autenticidad al lugar; en cualquier caso, recomendaría visitar la isla en temporada baja.