Como suspendida sobre las aguas azules del Mediterráneo, Amalfi revela un panorama urbano en escalera, donde las mansiones lujosas parecen superponerse las unas a las otras. La pequeña ciudad de 5.000 habitantes está situada en el corazón de la costa a la que ha ligado su nombre: la costa amalfitana, famosa por su relieve accidentado que se lanza sobre el mar y sus pequeñas aldeas tradicionales.
Si bien el lugar es, por supuesto, mágico, ya que representa uno de los rincones más hermosos de todo el Mediterráneo, la costa puede llegar a ser un poco agotadora en verano con la llegada masiva de turistas que vienen a visitar Amalfi o la isla de Capri situada enfrente. Por todas estas razones desde luego te recomendaría ir a este lugar durante una estancia en Italia, pero dale preferencia a las estaciones intermedias, cuando la ciudad conserva un poco de su encanto.
Amalfi es uno de los destinos turísticos más de moda en Italia, con un rico patrimonio bizantino. Te recomiendo comenzar tu visita por Amalfi dando un paseo por la plaza central, con su fuente y su majestuosa escalera, la cual conduce hacia la catedral, construida en el siglo XI. Durante mi viaje por Italia, lo que más aprecié de Amalfi fueron sus alrededores, su calma y sus paisajes.
La costa amalfitana se extiende desde Positano hasta Salerno: su belleza es grandiosa. Desde allí pude contemplar la misma Amalfi, con su mar de color turquesa y sus pendientes cubiertas de vegetación. Más al sur de Amalfi pude admirar los bellos jardines de sus casas, los cuales bajan en terrazas escalonadas, hasta el mar. También te recomiendo visitar el valle del Dragón: desde la cima, en lo más alto de sus abruptas pendientes, a más de 300 metros sobre el nivel del mar, ¡te aseguro que la vista resulta ideal para hacer fotografías espectaculares y vertiginosas!