Meencantó el pequeño puerto de Assilah. En invierno y fuera de temporada van pocos turistas y tengo la mágica sensación de estar sola en el mundo, rodeada por algunos pescadores y familias locales. A menudo, al ponerse el sol, los habitantes se reúnen frente al océano y organizan barbacoas de pescado fresco alrededor de un té a la menta. En ese momento, el tiempo se detiene.
No te pierdas, durante tu viaje a Marruecos, un paseo por la preciosa medina histórica de Assilah, que data del siglo X. Allí pude admirar sus magníficas murallas y torres que dan al Océano Atlántico, con unas vistas que cortan la respiración.
La arquitectura de la ciudad en sí es muy interesante, ya que mezcla las culturas española, árabe y portuguesa, que conforman la historia de Assilah.