Durante mi viaje a Marruecos, cogí un bus nocturno desde Fez hasta Rissani, no muy lejos de Merzouga. El conductor de nuestro autobus se detuvo en medio en medio de la nada y, allí, nos esperaba un hostelero (seguramente su primo). Estaba furiosa, la excursión empezaba mal. Una vez en el hotel, nos negamos rotundamente a continuar el viaje con él, a pesar de haber obtenido una excursión en camello por la mitad de su precio.
Después de este desafortunado incidente, la estancia fue inolvidable. La noche en medio del Erg Chebbi, en un campamento accesible en camello, es increíblemente romántica. Antes del tajín de la cena, pudimos divertirnos en las dunas de alrededor y prácticar light-painting bajo las estrellas. Al día siguiente, el hostelero, que no era tan malo como parecía, nos dejó tomar el desayuno, ducharnos y disfrutar de las vistas de Erg Chebbi desde la azotea antes de acompañarnos hasta otro autobús.
La proximidad a las habitaciones del Erg Chebbi y el bello color del amanecer me encantaron.
El Erg Chebbi fue nuestra primera visión de un desierto y ¡qué imagen! La sensación de inmensidad, el paso desenfadado del dromedario, el viento que mueve la arena, la cena bajo una tienda beréber y la puesta de sol son otros ingredientes para una jornada excepcional. El sol modelando el paisaje nos ofreció bellas ocasiones para volver con sublimes fotografías. Una impresión del final del mundo al alcance de tu mano, muy accesible.
Estábamos acompañados por un cocinero sin igual y los sabores de su trajine todavía me hacen salivar. Es una pena que cada vez más 4x4 y quads desfiguren el paisaje de las dunas y estropeen la tranquilidad del lugar. Una etapa romántica suplementaria para tu viaje a Marruecos.