Ciudad de paso en el camino hacia Merzouga y el desierto de arena, Erfoud no tiene sitios turísticos importantes para atraer a los visitantes. Ciudad moderna creada a principios del siglo XX por los franceses, Erfoud perdió su emplazamiento tradicional por el camino tras la renovación de la carretera entre Rissani y Merzouga.
Apenas pasé por Erfoud, y mi único recuerdo es el de una pequeña ciudad dormida, sumergida en el letargo de un día de verano. Situada al borde del desierto del Sahara, no es de extrañar que el termómetro supere los 40 o 50 grados durante el periodo estival. Lo único interesante de la ciudad son su emplazamiento arqueológico, donde se encontraron muchos fósiles, así como su especialidad culinaria, la madfouna, una especie de calzone bereber cocido en horno de leña.
En resumen, Erfoud puede ser una parada agradable durante un viaje a Marruecos donde comer algo si vas o vuelves de Merzouga.
Antes del desarrollo de Merzouga, más al sur, Erfoud era el punto de partida ideal para las excursiones en el desierto. Poco a poco fue perdiendo este papel y ahora es simplemente un lugar de paso. Erfoud ya no es una etapa ineludible de un viaje a Marruecos. Hoy solo hay algunos alojamientos baratos. Por el contrario, te recomiendo que pares aquí para comer. Existe en Erfoud una auténtica tradición culinaria y las especialidades marroquíes son realmente deliciosas.
Desde el punto de vista de las visitas no hay nada realmente interesante en la ciudad, aunque en los alrededores puedes hacer bonitos paseos. Bonitas vistas sobre el palmar y el desirto, ksars, decorados de cine, solo tienes que elegir según tus gustos.
Erfoud es una localidad marroquí sin medina. La explicación es sencilla: se trata de una fundación colonial, y, por tanto, es una ciudad joven sin pasado medieval. Así que no esperes encontrarte con una gran riqueza arquitectónica, salvo en Ksar M’Aadid, a 5 kilómetros al norte.
La vocación militar de Erfoud, un campamento de base, explica sus calles trazadas en ángulo recto; solo las largas avenidas del centro de la ciudad merecen un poco de atención: la avenida de Mohammed V me parecíó una arteria bastante agradable, con sus pequeños restaurantes llenos de brochetas y tajines del día.
Entre las curiosidades que visitar durante un viaje a Marruecos está el Museo de los Fósiles y Minerales de Erfoud. Alberga una colección de fósiles fuera de lo común. A principios del otoño, os aconsejo la Fiesta de los Dátiles, para recibir el final de la cosecha como se merece. Es todo un éxito, con baile, músicos locales y, por supuesto, venta de dátiles por doquier.