La mayoría de las ciudades y pueblos en Mongolia se encuentran dispersos por la estepa, polvorientos, presas de la desecación... En cambio, Tsetserleg es todo lo contrario. Me acuerdo de la primera vez que la vi, desde lo alto. Llegamos por un paso entre las montañas y allí estaba, muy verde, llena de barro. Llegaba hasta unas colinas, por donde corría un arroyo, lavadero multitudinario.
El centro tiene mucha vida. El campamento de yurtas que hay al borde de la carretera de Ihtamir nos gustó bastante. No es el mejor sitio para comer, pero son gente muy cálida y te reciben muy bien, sobre todo si te vienen persiguiendo dos borrachos. En la estepa no es normal, pero en la ciudad pasa algunas veces.
En Tsetserleg encuentras todo tipo de medios de transporte, incluidos los vehículos particulares. Para eso, ve a la plaza del mercado, escribe tu lugar de destino en un cartón, negocia el precio y móntate con tu chófer, ¡aventura garantizada! Muy recomendable para ir a Terkhiin Tsagaan Nuur, el Lago Blanco. Está cerca de Tariat, a un par de horas en coche, y es un sitio precioso y apacible que no te puedes perder.