Al llegar a la pequeña y apacible ciudad de Santa Lucía, ya le ponen uno al tanto gracias a los paneles que indican: «Cuidado con los hipopótamos por la noche». Nos adentramos en el reino de este maestro del río. Además, hay pancartas por toda la ciudad con las que los turistas se suelen fotografiar para mandarles la imagen a la familia, pero que te quitarán las ganas de pasearte por las calles cuando caiga la noche por miedo a encontrarte a uno de estos bichos irascibles por el camino.
Puedes pasearte en los alrededores por lugares adaptados que se encuentran a lo largo del río y desde los cuales podrás ver cocodrilos tomando el sol en la otra orilla. O admirar cebras mientras te das un paseo en coche por las callejuelas de la ciudad... Uno se siente verdaderamente como en el África que describen nuestros cuentos infantiles. Hay una reserva pantanosa un poco más lejos, pero yo no fui hasta allí porque, al igual que en todos los parques de la zona, hay que pagar por la entrada y ya estaba cansada de pagar por todo...
Si tienes ganas de caminar, vete hasta la playa inmensa que bordea la ciudad. Si hace calor y mucho sol, no te olvides de llevar un buen protector solar y un sombrero, pues te vas a quedar "asado" literalmente. Pero esta playa tan grande, que se extiende hasta donde no alcanza la vista y donde se bañan grandes y pequeños, es realmente bonita.