Una jornada es suficiente para ver Cervantes y el desierto de los Pináculos, que se encuentra a 17 kilómetros.
Al llegar al Parque Nacional de Nambung, se puede ver una especie de nidos de termitas, que se erigen al borde de la carretera. Este desierto está, en realidad, formado por rocas calizas que se remontan a más de 30.000 años de antigüedad. Encontramos algunas que medían solo unos pocos centímetros y otras de hasta cuatro metros. Bajo un cielo azul brillante, el contraste de color hace que este lugar sea muy pintoresco. Yo, que adoro la fotografía, no paré de hacer fotos por toda la zona. No se puede subir a las rocas de formas tan inusuales, pero, al menos, pude hacer buenas fotos de ellas, siguiendo a mi imaginación.
Otro sitio también interesante: el Lago Thetis, con sus estromatolitos, los organismos vivos más antiguos de la Tierra. Una curiosidad natural que también se encuentra en la Bahía del Tiburón, más al norte, y que hará las delicias de los viajeros que gustan de descubrir la naturaleza.