Debo admitir que el entorno de Lakes Entrance es bastante apreciable con sus lagos y la orilla del mar que permiten multiplicar las actividades, que van desde la surf hasta el windsurf. Sin embargo, personalmente, el lugar no me encantó, quizá por ser demasiado turístico para mi gusto.
La ciudad de Lakes Entrances es bastante moderna y desprovista de encanto, incluso si cuenta con algunos buenos restaurantes de pescado y marisco. No obstante, sus olas son de las mejores del continente para los surfistas, y su playa, una magnífica extensión de arena blanca hasta el horizonte, es simplemente magnífica. Quizás lo recomendable sea viajar fuera de la temporada de las vacaciones escolares australianas para disfrutar plenamente de la belleza del lugar sin el agobio de las multitudes y ¡deleitarse con un verdadero viaje de descanso!
Lakes Entrance es un destino muy popular en la región de Gippsland, pero no necesariamente una visita indispensable. Nosotros acampamos una noche en esta ciudad bañada por todas partes de agua dulce y salada. Me gustó mucho pasear por la Esplanada para ver las marinas y sus atrayentes jardines. Es un lugar lleno de vida, con numerosas tiendas, restaurantes y alojamientos.
Este humedal alberga una fauna y una flora únicas. Así, se puede observar a delfines, canguros, focas y muchas aves marinas al hacer un crucero por el lago Lonsdale.
Para disfrutar de unas vistas panorámicas, visita los miradores situados cerca del autopista. Si das un paseo por Seaview Parade, tendrás una de las mejores vistas de la zona. Ofrece un panorama espectacular en el que podrás ver la inmensa playa de Ninety Mile y los brazos de mar que separan los lagos del océano.