Si tras el tumulto de las ciudades indias te apetece hacer una pausa y difrutar de un poco de tranquilidad y frescor en tu viaje por la India, Ooty es el lugar ideal. La ciudad conserva algunos restos de la arquitectura colonial que le concede ese encanto británico especial. Viniendo de Bangalore, me gustó sobre todo el clima y la tranquilidad del lugar. Las plantaciones de té también son muy hermosas, y tienen unos tonos verdes preciosos. El entorno se presta para los paseos y las caminatas.
Viaja a Ooty en tren con el Nilgiri Mountain Railway. Antiguamente contaba con máquinas a vapor, ya no las tiene en todas las líneas, pero mantiene su encanto. La Unesco lo declaró Patrimonio de la Humanidad en 2005. El trazado sinuoso dura 3 horas y atraviesa unos paisajes de un verde fantástico. Es una experiencia increíble. Pero vale la pena, y hay que levantarse temprano para hacer cola.