En nuestro caso, salimos hacia Bukit con el objetivo de pasarlo en grande volando en parapente. ¡Fue un día inolvidable!
Desde lo alto del acantilado pudimos divisar todo el litoral, sembrado de criaderos de algas y warungs de playa. El piloto nos fue llevando de paquetes a uno tras otro para esta experiencia deportiva. ¡Increíble, la sensación de elevarse desde la tierra y volar como si nada!
Desde las alturas pude admirar los colores del paisaje donde lindan tierra y mar. Más abajo vi monos danzando por un templo, el helipuerto de un chalet privado y, sobre todo, la incesante actividad de los pescadores y recolectores de algas en sus barcos de balancín.
A 30 km de la jungla turística de Kuta, se encuentra la espléndida península de Bukit. La tranquila y salvaje costa oeste atrae tanto a los surfistas como a los turistas que quieren recorrer caminos menos frecuentados durante un viaje a Bali. La familiar costa este atrae más a los que viajan con niños.
Entre todos los pequeños «pueblos» a lo largo de la costa de la península de Bukit, decidí dejar mi mochila en Bingin. Al igual que en Padang Padang y Balangan, hay muchos hoteles pequeños sobre el acantilado, que dan acceso a la playa por unas escaleras.
Los surfistas agradecerán las olas, mucho más grandes que en Kuta, y sus aguas cristalinas harán las delicias de los aficionados al buceo. Entre baño y baño, podrás salir a la aventura en escúter para deleitarte la vista con los impresionantes paisajes, o visitar el templo de Uluwatu. Al final del día, podrás ver la puesta de sol mientras degustas un rico zumo.