Los arrozales de Tegallalangson para mí uno de los más bellos paisajes de la isla de Bali. Aunque estén muy frecuentados y muy habilitados para el turismo, no por ello son menos increíbles. Al llegar, de entrada sorprende la cantidad de vehículos aparcados. Cuando encuentres una plaza a lo largo de la carretera para dejar el tuyo, te fijarás por fin en las espléndidas vistas.
La colina está esculpida por completo con terrazas en las que crece el arroz. Por encima, una selva de palmeras domina el conjunto, aportando una sensación de serenidad aún mayor al lugar. Cuando pasé por allí, el cereal se encontraba en distintos estados de crecimiento: algunas partes estaban todavía muy verdes, otras ya amarilleaban y otras ya se habían cosechado. La selva se reflejaba en el agua contenida en las parcelas vacías. Para mí, es uno de los lugares imprescindibles de un recorrido por Indonesia.