Explorando la cultura en Madagascar

A unas 2 horas en coche desde Diego Suárez, se encuentran las hermosas formaciones rocosas de los Tsingys Rojos de Irodo. A diferencia de sus homólogas de piedra caliza, los Tsingys Rojos son el resultado de una rápida erosión, que crea esculturas efímeras únicas.

Situado en un macizo volcánico, el parque nacional Montaña de Ámbar es hogar de muchas especies endémicas. Lleno de ríos, cascadas de agua y lagos, el bosque tiene un clima agradable, ideal para hacer bonitas excursiones.

Descubre cómo es la vida cotidiana de la gente en el centro Tsaravahiny, en Mangily. Situado cerca de los manglares que bordean el Canal de Mozambique, Mangily es un pueblo tranquilo que vive en parte de la pesca del cangrejo y del ecoturismo.

En la carretera que une la capital con Tamatave, el parque nacional de Andasibe-Mantadia es conocido por ser el hogar de los lémures Indri Indri. Estos lémures, los más grandes del mundo, se mueven entre los árboles de este bosque primario de 16.000 hectáreas, y marcan territorio con sus gritos, que se oyen a mucha distancia.

Damos un largo paseo en esta pista salvaje, que nos abre las puertas de la belleza natural del semi-desierto de Madagascar. Acostumbrados a la llanuras áridas, dejamos a un lado los árboles pulpo y las aves endémicas para adentrarnos en la franja costera de la etnia Vezo, donde el aislamiento geográfico ha hecho que las tradiciones se cristalicen.

Abierto a la bahía de Diego Suárez en el Océano Índico, el Emerald Sea es una de las maravillas de Madagascar. Descúbrelo a bordo de un velero de madera. Esta laguna de color turquesa es un lugar perfecto para los amantes del kitesurf y del snorkeling.

En el Parque Nacional de Tsimanampesotse, como en muchos otros parques de Madagascar, descubrirás una fauna y una flora ricas y únicas en el mundo. Pero las estrellas son los baobabs, impresionantes y sorprendentes.

Disfruta de unas gambas y marisco con los pies en el agua del mar en la pequeña localidad de Anakao mirando la puesta de sol sobre el canal de Mozambique. Hundiéndose bajo el sol del sur, se extiende a lo largo del litoral, de una playa de arena blanca con un interior seco, característico de esta parte de la isla. Aquí el marco es idílico y ¡el ocio es el rey!

Camaleones, lémures, baobabs, plantas carnívoras: las especies malgaches son portadoras de una herencia genética que mantiene ocupados a los biólogos. La biodiversidad de Madagascar ofrece una fauna y flora que no concuerdan con el aislamiento de la zona, al revés de lo que sucede en otros continentes.

Ideal para empezar o acabar un viaje por la costa este de la Isla Grande, la reserva de Vohimana, una selva tropical húmeda, es una etapa única para vivir la naturaleza. Conoce el proyecto humanitario de ecoturismo, único en Madagascar.