Durante mis numerosos viajes a Canadá, tuve ocasión de recorrer distintos sectores del Paso del Interior y nunca me decepcionó.
La zona más nórdica, entre Skagway y Haines, tiene unos paisajes muy bonitos y es una opción bastante aceptable para los que no quieren (o pueden) hacer el trayecto entero. Puede ser curioso ir hasta Juneau, la capital de Alaska, a la que no llega ninguna carretera.
Navega a lo largo del Paso del Interior y tómate tu tiempo para admirarlo con calma. Recuerdo pasar largas horas contemplando el cielo y mirando las olas para ver si veía delfines o ballenas y, al caer la noche, dormirme contando las estrellas en el Last Frontier State...
El Paso del Interior es una alternativa que se adapta perfectamente a los viajes en familia. Se lo recomiendo a los alérgicos a la carretera o a los que prefieren lo marítimo a lo terrestre.