Si haces un viaje por Chile, no te puedes perder Valparaíso. Desde lo alto de los 42 cerros, unas colinas con las que cuenta la ciudad, tendrás unas vistas al puerto que dejarán boquiabierto. Te aconsejo que vayas especialmente a la hora del atardecer, ya que la luz es increíble.
Para descubrir la ciudad, necesitarás unos buenos zapatos para subir y bajar por sus calles empinadas, unas calles que están llenas de casas de colores y techos de plancha. Y si están funcionando, no dudes en montarte en uno de los funiculares que te llevarán a la parte baja de la ciudad. También me gustaron mucho los grafitis que cubren las paredes de Valparaíso y que son una mezcla entre lo histórico y lo moderno. Ten la cámara preparada.
Aprovecha tu paso por Valparaíso para ir hasta Isla Negra, situada un poco más al sur, donde podrás visitar una de las casas-museo del poeta Pablo Neruda (tampoco te puedes perder la de Valparaíso, la Sebastiana) y el antiguo puerto ballenero de Quintay. En cambio, para mí, la estación balnearia de Viña del Mar no presenta ningún tipo de interés ni encanto para los turistas.
Desde que llegué a la costa chilena, he caído en el embrujo de Valparaíso, una ciudad con incontables colinas en las que descansan casas multicolores. Para alcanzar las cimas de estas colinas (42 en total) es necesario subir en funicular. A medida que subes a la cima, puedes observar los veleros en el océano Pacífico y la ciudad vecina de Viña del Mar que se dibuja en el horizonte.
En lo alto del Cerro Concepción, Cerro Alegre y Cerro Bellavista podrás observar las paredes, que presentan frescos con aires psicodélicos. En las escarpadas calles de la ciudad bohemia podrás ver las obras de los principales autores latinoamericanos de street art, que plasman su talentos en las paredes de la ciudad. En esas paredes podrás observar cómo cobran vida personajes fantasmagóricos, animales gigantes y objetos insólitos.
Después de maravillarnos con los grafitis, volvemos a subirnos al funicular para llegar a la parte baja de la ciudad en dirección a la avenida Almirante Brown y las arterias comerciales. Podrás deleitarte escuchando algunos acordes de cuenca, la música tradicional chilena que salen de las quintas que hay en la zona, donde los bailarines chilenos, equipados con un pañuelo, bailan sin parar. ¡Bienvenido al valle del paraíso! Valparaíso es una visita obligada en todo viaje a Chile.