Durante nuestra estancia en Kerala, confiamos en una agencia local para que nos estableciese un itinerario más o menos alejado de los habituales, sin que por ello nos perdiesemos los tesoros de la región. Marari, por la que no optan muchos viajeros, fue una de las etapas elegidas durantes nuestras vacaciones.
Como llegamos al anochecer, pudimos disfrutar del momento degustando un sabroso cóctel (sin alcohol, ¡está prohibido en Kerala!). Al día siguiente, despertarnos con los pescadores para verlos preparar su redes y salir a trabajar, también fue un bello espectáculo.
Marari es un lugar que se descubre lentamente: largos paseos por la playa, momentos de relax en la terrada de la choza, cena a base de marisco, al raso... Un lugar ideal para los enamorados, y un apeadero excepcional para iniciar el descubrimiento del resto de Kerala.