Hice una escala en Siliguri cuando me dirigía hacia Nepal, pero la ciudad no me causó una gran impresión. No tiene nada de especial, el ambiente de Siliguri es igual de agitado que en otras ciudades indias. Si estás viajando durante tu recorrido por la India, no te detengas mucho tiempo por aquí.
Lo que más me gustó fue el fin del trayecto en tren desde Patna. Al viajar de noche desde la capital de Bihar, al amanecer pude contemplar los campos de arroz de Sikkim, y los contrastes me encantaron. El verdor de los arrozales es asombroso. Por la ventanilla del tren aparecía el pintoresco espectáculo, la rafia seca por las vías del tren, las vacas cruzando, la gente paseando... Y el tren se mueve lo bastante lento (demasiado para algunos) como para disfrutar de la escena. Y las vistas hasta Siliguri son hermosas.
Siliguri no es un destino de ensueño para unas vacaciones. Durante mi viaje por la India he pasado por allí tres veces y jamás he conseguido dormir bien. Al final he terminado acostumbrándome a este gran núcleo de circulación, compuesto por una terminal de autobuses,una terminal de vehículos todoterreno y una estación de trenes.
La primera vez, hice un cambio de transporte desde Calcuta para subirme al único autobús diario que va a Guwahati. La segunda vez, entré en la oreja de la India a través de North Lakhimpur y me dirigía hacia Sikkim (en el norte). La tercera vez, llegué en todoterreno desde Darjeeling y cambié a un autobús en dirección a Patna, en Bihar. En resumidas cuentas, es difícil librarse de Siliguri.
Los alérgicos a los largos trayectos y que, además, no quieran pasar dos días en un autobús (bastante comprensible), deberían hacer noche en Siliguri y ganar fuerzas para seguir el viaje. Si no, ¡viaja en avión!