En el centro de la ciudad, no te fíes de los vendedores que te ofrezcan sustancias ilegales. Te recuerdo que si te detienen por posesión de drogas, te expones a cadena perpetua o a pena de muerte, así que evita los riesgos. También vi que había muchas prostitutas en los bares de turistas, así que opté por una casa de huéspedes un poco alejada del centro.
El centro de Senggigi no es demasiado interesante. Lo atravesé rápidamente antes de recorrer la costa en escúter, parándome en pequeñas calas con mucho encanto y playas de arena blanca rodeadas por cocoteros.
A 2 km del centro de Senggigi, fui al Pura Batu Bolung, un pequeño templo hindú muy bonito al borde del mar, construido sobre roca volcánica. Pude asistir a una procesión religiosa justo antes de ponerse el sol. ¡Un bonito recuerdo!
Senggigi no está muy lejos de Bangsal, el principal puerto de embarque para las islas Gili, donde continué mi periplo por Indonesia.
El centro de Senggigi no tiene, en sí, nada de extraordinario, pero los alrededores son preciosos y están llenos de rincones pintorescos, bahías, playas, sinuosas carreteras con espléndidas vistas y pueblos típicos.
Utilicé Senggigi como base para explorar Lombok y me moví por los diferentes pueblos en moto, a pie y en mini-bus, para descubrir sus playas, templos y cascadas Aunque el turismo ha ido creciendo en la isla de Lombok, sigue siendo un lugar muy tranquilo, donde no es raro encontrarse a solas. El ambiente es muy relajante, la gente es amable y sienten curiosidad por hablar con los turistas y ayudarles. En resumen, Senggigi fue mi pequeño paraíso por unos días durante mi viaje a Indonesia y volvería con mucho gusto, para explorar la isla un poco más.