Bangkok es una ciudad mágica. Para muchos de nosotros, es el primer punto de encuentro con Asia y Tailandia y su imagen deja recuerdos imborrables. Lo primero en lo que me fijé nada más llegar es la vitalidad de la ciudad y el ambiente de sus calles. Puestos de comida de sabores increíbles, mercados flotantes en los khlongs (los pequeños canales que cruzan la ciudad y en los que se navega en piragua), templos en cada esquina, lugareños haciendo taichí en los numerosos parques...
Mi día típico en Bangkok consistía en levantarme pronto para evitar las horas de más calor y después deambular por las calles descubriendo los tesoros que encierra la ciudad. A medio día, disfrutaba de una deliciosa comida en alguno de los incontables mercados. Por la tarde, cuando el calor empezaba a apretar, visitaba alguno de los muchos museos de la ciudad, y, a última hora, cuando ya es más agradable pasear por las calles, iba a ver algún partido de boxeo thai con mis amigos y comía en uno de los barrios animados de Bangkok.
¡Sawadee krap y feliz estancia en Tailandia !
Obviamente tengo mucho que contar acerca de Bangkok, ya que es el lugar donde vivo desde hace 6 años.
Bangkok está llena de vida, me encanta esta ciudad porque nunca duerme. Se puede hacer casi cualquier cosa independientemente de la hora que sea, sobre todo comer. Los Tailandeses están muy ligados a su cultura gastronómica.
Si solo tienes 2 días y quieres ver los lugares de interés más importantes, las visitas que no puedes perderte son el Gran Palacio, que alberga el Templo del Buda de Esmeralda, y el Wat Pho. Tras recorrer los canales, que ofrecen una perspectiva única de la ciudad, yo te recomendaría dar un paseo al atardecer por el parque Lumpini para finalizar el día. Una buena ocasión para ver a los tailandeses haciendo ejercicio al aire libre tras el ritual del himno nacional a las 18:00 h, momento en el cual suena el himno y todo el mundo deja lo que está haciendo en ese momento, permanece en pie y guarda silencio como símbolo de respeto.
Se trata de una visita obligada en tu viaje a Tailandia. Es imposible resumir en unas pocas líneas todas las cosas que se pueden ver y hacer en Bangkok, pero yo diría que es necesario tomarse un tiempo para perderse por sus calles y apreciar la esencia de esta ciudad en expansión, que ofrece una mezcla de culturas y estilos muy diferentes. Aparte de los templos, hay una gran cantidad de mercados y numerosos vendedores ambulantes, museos y grandes almacenes. Por todos estos motivos amo la ciudad de Bangkok, uno no se aburre nunca en ella.
La "ciudad de los ángeles" muestra una abundancia permanente. Entre sus inmensas avenidas, la circulación densa y sus numerosos puestos en las aceras, ¡pronto podrás marearte!
Pero Bangkok esconde tesoros históricos y culturales que justifican la visita. La mayor parte de los templos (wat) están concentrados en el este de la ciudad antigua, a lo largo de la ribera del Chao Praya.
Me encantó el Wat Pho y su buda alargado de 46 m de altura. Fui justo antes de la hora del cierre y el lugar estaba prácticamente desierto. Pude maravillarme con el alineamiento de los budas dorados y con las magníficas perspectivas de los múltiples templos de mil colores que cambian al atardecer. Una gran serenidad en contraste con la permanente ebullición de la ciudad.
El gran mercado del week-end de Chatuchak es un buen lugar para hacer buenos negocios disfrutando de la alegre animación típica de los tailandeses...¡buenas oportunidades a la vista !